EN EL MES DE LA AFRODESCENDENCIA

SER NEGRA, POBRE Y TRANS NOS CONDENA EN UN PAÍS DEMOCRÁTICO

por DELFINA MARTÍNEZ

Ser una persona afrodescendiente y con una identidad de género diferente a la considerada dentro de la norma y por tal no asumida como natural, dando por sentado que la identidad de género necesariamente debe coincidir con el sexo asignado al nacer, para la sociedad es ser vista como LO DIFERENTE, lo que no me pertenece, lo que no puedo ni siquiera imaginar. Imaginar una corporalidad que sale de la norma es algo tabú, algo de lo que no se habla.

Sin embargo nuestro gobierno decidió en conjunto con la sociedad civil poner el foco sobre las diferentes identidades, considerando así también a las personas LGBT Afrodescendientes, personas con discapacidad, etc. y declararse contra todo tipo de discriminación, hacia cualquier identidad o transversalidad de identidades que no son consideradas dentro de lo heteronormativo.

Celebramos la ley 18620 “ley de identidad de género” , que reconoce la identidad de genero auto percibida, es decir que el genero no es impuesto, sino que cada persona puede percibir y expresar su género, mas allá de no ser el asignado al momento del nacimiento. Pero aun tenemos  falta de accesibilidad al trabajo, derecho humano otorgado a casi cualquier sujeto de derecho en cualquier sociedad del mundo.

Siendo la falta de herramientas jurídicas, responsable de que las mujeres trans nos encontramos en situación de prostitución, ya que no se puede hablar de un trabajo sexual, cuando éste es impuesto por la sociedad que nos deja al margen. Habiendo un cupo en la ley de trabajo juvenil, pero que no es llevado a cabo por ninguna empresa hasta el momento. Otra posibilidad como salida laboral Uruguay trabaja, que es un contrato por apenas  meses, no pudiendo volver a participar durante un periodo y percibiendo un subsidio que es por debajo del sueldo mínimo.

Así como la ley 19.122 reconoce que la población afrodescendiente que habita el territorio nacional hemos sido históricamente victimas del racismo, la discriminación y la estigmatización desde el tiempo de la trata y el trafico esclavista , acciones estas últimas que hoy son señaladas como crímenes contra la humanidad de acuerdo al derecho internacional. También es necesario destacar que no hay una ley que reconozca que como población trans  se nos ha impuesto una forma de esclavitud moderna, ligada a la prostitución. No solo en tiempos de dictadura, sino también de forma explicita ejercida por una violencia institucional ejecutada por la policía en los gobiernos conservadores, y que al respecto hoy no existe ningún tipo de resarcimiento, y mucho menos existiendo no paridad en los lugares de toma de decisiones, ni siquiera una mínima participación política, ya que en política en este país no existimos. Haciendo muy difícil, casi imposible lograr vivir una democracia plena.

LA LUCHA CONTINÚA !!!

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